En mi opinión, la cual se encuentra libre, me doy el gusto de compartir mi experiencia en las salas de teatro de Salta. Estas grutas se encuentran herméticamente selladas, pero bien protocolizadas y propiamente burocratizadas. Cosa curiosa me resultó ver el mismo público en todas las funciones, si puedo llamar público a los mismos actores que lo practican, aplaudiéndose los unos a los otros. Actores… contentos porque su mami y la abuela fueron a su obra. Que lejanas que vi a las tarimas de las calles. Son patéticos adultos quienes aún no han vencido a la vergüenza siquiera, pero te cobran caro sus entradas. Atados a guiones y escenografía, ojalá dejaran de lado por un instante la interpretación, y pasara a ser la improvisación la nueva bandera. Venzan el miedo, que sea espontaneo.
Pero que explicar, si de las decenas de obras que vi, solo rescato dos de las que fui testigo del arte, que le quede a quien lo siente y como lo sienta… Solo espero verlos comentando entre ustedes algo más que elogios… Sobre la reestructuración artística que es ya merecida en esta provincia.
Me despido de ustedes riendo, para no tener que verlos nunca más.
