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COVID, VACUNAS Y ANTENAS 5G (CRÓNICAS DE MILLONES DE MUERTES “ANUNCIADAS”)


Mi nombre es Emilio M. Gallardo y una de mis especialidades técnicas es la Electrónica.
Actualmente tengo 73 años, así que a quienes no les resulte grata mi descripción, les
comento que no se molesten en amenazarme y asustarme con la muerte.
Sólo para explicar de donde he obtenido conocimientos, contaré que desde los 4 años que
conozco íntimamente a la corriente cuando por curiosear metí un alambre en el enchufe de
220VCA, pero recién a los 17 comencé a estudiar en serio los fenómenos eléctricos y
electrónicos. He realizado numerosos cursos de formación en Buenos Aires y trabajado
como Técnico en TV desde que los televisores tenían válvulas y mostraban imágenes en
blanco y negro, conocimientos que más tarde comencé a dictar.
Además, he cursado carreras universitarias en Ingeniería Industrial y en Telecomunicaciones,
sin finalizarlas, dado que en ese entonces se estaban dictando materias centradas en las
válvulas y sólo incipientemente en transistores mientras que yo necesitaba ya conocimientos
en circuitos integrados de última generación para dar mis clases y hacer mi trabajo, así como
en Electrónica Digital, la que no integraba todavía los planes de estudio.
Las universidades argentinas no estaban a la altura del primer mundo en ese entonces, no sé
ahora, pero sí lo estaban los equipos importados que llegaban para reparar. Esto me
resultaba frustrante ya que yo debía trabajar con circuitos provenientes del primer mundo,
que utilizaban tecnologías más avanzadas, las que tuve que aprender forzadamente como
autodidacta.
Por otra parte, durante años he sido radioaficionado con característica LW3DBZ categoría
Superior (habilitado para emplear ultra alta frecuencias UHF), licencia que actualmente no
he renovado. En el año 1980 fundé en la ciudad de La Plata, pcia. de Bs. As., Argentina, el
Instituto ALPHA, dedicado a enseñar todas las especialidades en oficios de reparación de
equipos electrónicos, y de electrónica industrial.
También he trabajado como Instrumentista de Planta y de Taller en una empresa italiana
situada en el Gran Bs As, SNIAFA, haciendo el mantenimiento del instrumental electrónico
inglés que controlaba los automatismos en la planta de producción.
Como docente, el hecho de que llegara la TV color al país me obligó a especializarme en altas
frecuencias y siendo además radioaficionado, a incursionar en el tema propagación y
antenas que se permitían utilizar a esa fecha, siempre analizando y practicando en las
frecuencias más elevadas, a fin de evitar las interferencias comunes a las bandas de
frecuencias más bajas.
En ese entonces sólo se permitía utilizar emisiones hasta UHF (Ultra Alta Frecuencia que
llega hasta 3 Ghz) dado que se consideraba peligroso para la salud emitir radiaciones más
elevadas, es decir sólo se permitía llegar hasta el rango de los 3 GigaHertz (miles de millones
de ciclos por segundo). Era la época del “ladrillo” de Motorola, que luego fue disminuyendo
de tamaño y aumentando de frecuencia. Como estas llamadas telefónicas no superaban los
800 MHz (millones de Hertz), con mis equipos de radioaficionado, me divertía escuchando
las conversaciones, a veces, peligrosas porque involucraban a jueces y a funcionarios de
Policía y Penitenciaria. Al día siguiente, aparecía la misma información en los medios, pero
convenientemente distorsionada. Allí entonces aprendí a no confiar ni en diarios ni en TV.
Pero yendo al tema actual que nos ocupa, mencionaré que algunos temas que trataré, son
de mi conocimiento y pueden ser verificados según innumerables publicaciones en Internet,
mientras otros, deben ser investigados más profesionalmente para obtener pruebas
indudables que sean admitidas en un reclamo legal.
Según informaciones publicadas en Internet, supe que tanto EEUU como China, comenzaron
en el siglo pasado a estudiar el efecto de las radiaciones de muy alta frecuencia, estoy
hablando de Giga Hertz (miles de millones de Hertz –ciclos por segundo-) conocidos
popularmente como GHz, sobre el cuerpo humano, buscando encontrar un arma efectiva
para irradiar a manifestaciones públicas a fin de disolverlas. Los radares militares emplean
frecuencias entre 1,2 GHz y 1,4 GHz y su radiación directa a corta distancia es mortal.
También se experimentó con luces de alta potencia y sonidos estridentes, pero se mostró
más eficaz el uso de radiofrecuencia emitida hacia las personas agrupadas en manifestación.
Resultó ser un arma militar más silenciosa y eficaz, y además, fácilmente aplicable debido a
la absoluta direccionalidad, tal como el haz de luz de una linterna utilizada en la noche.
En el año 2017, a través de videos de Internet, pude ver que, durante conflictos limítrofes
entre China e India, se utilizaron reflectores emisores de radiación de microondas contra
tropas indias, lo que les obligó a huir y replegarse evidentemente debido a que a los
irradiados les resultaba insoportable el calor generado en el cuerpo por recibir dichas
emisiones.
Pero, para efectuar una llegada más efectiva de dichas radiaciones, es necesario no sólo
contar con un transmisor sino con antenas receptoras a esa frecuencia. Cuanto mayor es la
frecuencia utilizada (vibraciones por segundo), proporcionalmente menor es la longitud de la
onda correspondiente, que se mide en micrones. En este caso, estamos hablando de una
radiación del orden de las micro-ondas, similar a las utilizadas en cualquier aparato como
horno de microondas que se encuentra en la cocina de una casa promedio.
Nótese que no es posible poner en funcionamiento estos hornos a menos que se cierre la
puerta que propositalmente posee un interruptor de forma que sea imposible ponerlo en
marcha a menos que se cierre la puerta, esto a fin de que las microondas emitidas no
alcancen al usuario, aunque las puertas sólo disminuyen la intensidad, no la anulan. También
sabemos que no podemos introducir metales dentro del horno, así como utensillos que no
sean de plástico, ya que inmediatamente concentrarían estas microondas causando el daño
del aparato y tal vez hasta un incendio del mismo.
El horno de microondas funciona dado que su radiación emitida es recibida por las
moléculas de agua de la comida que se quiera calentar, calentándose o cocinándose desde
adentro hacia afuera debido a la alta temperatura generada por la altísima vibración del
contenido de agua y su fricción entre moléculas. Por eso en ciertos países del primer mundo
han sido prohibidos.
Algo así es lo que muy posiblemente experimentaron las tropas indúes al ser irradiadas, lo
que motivó su rápida dispersión. Como comenté más arriba, para una correcta recepción de
estas microondas se hace necesaria la presencia de un receptor cuya longitud física permita
resonar (vibrar en sintonía) con la onda emitida. Cuando colocamos una porción de pollo
dentro del horno, las moléculas de agua funcionan como receptoras vibrando a la altísima
frecuencia a que son sometidas (aproximadamente 2,5 GHz).
En el caso de los seres humanos, la presencia de líquidos salinos tales como el sudor en los
poros de la piel, (la sal es conductora) actúa en resonancia con dichas microondas, debido a
su delgado espesor, produciendo no solamente quemaduras, sino que, al tener alto grado de
penetración, dichas emisiones llegan hasta los órganos internos de estas personas,
“cocinándolos” como expliqué, desde adentro hacia afuera.
Supongo que, al huir estos soldados hacia el interior de sus fronteras, no permitía a los
chinos hacer verificaciones sobre los efectos de la emisión, y como se sabe, ninguna
experimentación está completa sin tener una apropiada confirmación, en este caso, sobre el
cuerpo humano. Al igual que siempre ha sucedido, tal como en EEUU, esta confirmación
debió ser hecha en nativos del país (recuérdese la experimentación con el Agente Naranja de
la época de la guerra EEUU-Vietnam, realizada sobre la tropa propia).
Sospecho que algo similar fue desarrollado en Wuhan, provincia de China, mediante la
emisión de microondas debido a las antenas de 5G, sometiendo a la población a dichas
ondas a fin de verificar sus efectos, que fueron tan desastrosos llegando aún a la muerte de
muchos ciudadanos, tal como la TV nacional se ha encargado de mostrar sin dar por
supuesto, las debidas explicaciones.
Personalmente, no he encontrado técnicamente una razón para estas muertes repentinas,
que no fuera una irradiación, ya que un virus o un contagio, o bien el desarrollo de un
cáncer, tal como estas microondas generan, todos sabemos que no es inmediato y
fulminante. Por otra parte, al verse semejante ola de infartos, la población sabría que no se
debería a algo natural.
Las personas caían, tal como puede verse en los videos de Internet, repentinamente
fulminadas, y de allí que se dio en llamar coloquialmente en nuestro país a este efecto, como
“repentinitis”, porque las personas se desplomaban de repende sin causa aparente alguna.
Los habitantes de Wuhan fueron las primeras víctimas, aunque luego el fenómeno comenzó
a expandirse por Europa. Inmediatamente se comenzó a hablar de “un virus” que se
contagiaba. Supongo que al gobierno chino no le hubiera resultado cómodo decirle a su
población: “No se preocupen, ustedes se mueren porque estamos probando el efecto de las
microondas en ustedes; mueran en paz, en el futuro serán recordados como héroes
nacionales”. Total… ellos tienen 1.400 millones de habitantes. ¿En qué les afectarían 10
millones más o menos?
Entonces, tal como los médicos generalmente utilizan como explicación para los familiares
del enfermo, cuando no conocen bien a qué se debe la enfermedad, los chinos comunicaron
al mundo: ES UN VIRUS y se debe a la sopa de murciélago. Y de allí, culparon al Corona, que
lógicamente, al igual que el murciélago, no podía defenderse.
En todo el mundo, los especialistas en el tema buscaron frenéticamente aislar el famoso
virus, pero, paradójicamente, no lo encontraron. Sin embargo, como por milagro, las
vacunas aparecieron de inmediato, ya empaquetadas y listas para la venta. Tal como si ya
hubieran estado preparadas. ¿No suena esto a conspiración para un genocidio?
Hago un paréntesis para explicar el uso de la ecuación demoníaca que los que manejan el
mundo utilizan para su provecho desde que el humano está sobre la tierra: PROBLEMA –
REACCIÓN – SOLUCIÓN. Aquí se causa un Problema (el falso virus) que genera miedo en la
población, la que aterrorizada reacciona reclamando una Solución (la vacuna) que
rápidamente fue ofrecida junto con mascarillas, geles de alcohol, aislaciones, cuarentenas,
hisopos de PCR. Cientos de miles de millones de dólares en ganancias, gracias a los muertos.
Mientras todos estábamos encerrados (el famoso “quedate en casa”) en todas las ciudades
comenzaron a instalarse elementos radiantes de 5G en las torres de telefonía celular y sobre
edificios, supuestamente, para mejorar la velocidad de Internet.
Es de notar que muchas antenas de 5G han sido instaladas a nivel de calle, cuando se sabe
que, para obtener una mejor propagación, cuanto mayor altura es mejor. ¿A quién o a
quienes están dirigidas? Porque también es conocido por los técnicos que el enlace de
microondas debe ser visual, o sea, las antenas tanto transmisora como receptora, para
recibirse, deben verse entre sí, y por lo tanto, necesitan altura.
Por otra parte, el alcance disminuye a medida que aumenta la frecuencia, y puede verse en
rutas y caminos que las antenas deben situarse a corta distancia entre ellas, ya que se
encuentran a nivel del suelo, a metros de la circulación de automóviles y peatones.
En estos momentos, con la excusa de mejorar la iluminación, están reemplazando la lámpara
de gas de sodio por otra de LED, que además contiene una pequeña antena de 5G. Y ya
están planificando la entrada de las 5G a los domicilios mediante la transmisión por fibra
óptica, a fin de ser irradiada por Wi-Fi a todos sus ocupantes. Están decididos a cocinarnos,
con la complicidad de los funcionarios y organismos estatales.
En aquellos años de radioaficionado, decidí instalar una torre en mi casa, de 36 mts de altura
a fin de tener llegada a Buenos Aires desde La Plata. Por supuesto que, para homologarla, los
trámites me llevaron meses ante organismos tales como la CNC ahora reemplazada por la
ENACOM, pero parece que ahora para las antenas 5G, existe vía libre. O bien, los
funcionarios miran para otro lado, por “órdenes de arriba”.
Cuando todas las personas eran aterrorizadas por los medios, que no paraban en ningún
momento de poner en pantalla la cantidad de muertos y contagiados, las empresas de
telefonía estaban ocupadas en “mejorar las telecomunicaciones”. Mientras medio mundo se
moría, ellos adelantaban la tecnología, para tener una mejor Internet.
Por supuesto que cualquier palabra o artículo sobre el tema, que no resultara a favor de la
campaña de terror, era censurado de inmediato, y aún hoy lo es. “Mensaje de odio. No
cumple con nuestras normas comunitarias” dice hipócritamente FB, clausurando perfiles y
amparándose en “verificadores independientes” pagados por ellos mismos (Fact Checkers).
Ciertos “grupos por la verdad”, de Wapp, también censuran la verdad, ya sea por miedo o
por disidencia controlada; soy ejemplo víctima de ello.
Pero sin embargo y sin timidez, el plan, anunciado ya por el famoso Evento 201 (internet),
consiste en REDUCIR LA POBLACIÓN, porque según el conocido Bill Gates (que de pronto
dejó las computadoras y se dedicó a las vacunas, pienso yo que seguramente debido a su
conocida filantropía) y otros “amigos de la Humanidad”, expresaban públicamente que para
que el mundo resultara sustentable y disminuyera el calentamiento mundial, HAY QUE
REDUCIR LA POBLACION MUNDIAL. Y los idiotas que los escuchan en vivo, los aplauden
según se aprecia en los videos de Youtube, sin pensar que también ellos van a ser reducidos.
Ahora bien, ¿Cómo hacer más efectivo el efecto radiante de las 5G? Era necesario colocar
“microantenas” receptoras en el sujeto receptor. Y eso se logró mediante la inoculación de
partículas microscópicas y nanotubos (Nano: mil veces más pequeño que un micro, Micro:
millonésima parte de un metro) de óxido de Grafeno.
El Grafeno es un material sintético de Carbono, que se fabrica en capas de un átomo de
espesor, no hay manera de fabricar algo más delgado, ya que no existe un espesor de
“medio átomo”. Estas partículas y filamentos, que ya ha sido demostrada su presencia en
sangre de vacunados, por infinidad de médicos en el mundo, “casualmente” forman parte de
las mal llamadas “vacunas”.
Según los médicos especialistas en el tema, una vacuna tarda de 5 a 10 años en producirse,
fabricarse, probarse en ratones, y luego en forma experimental en sujetos humanos
voluntarios, que firman contratos y cobran ciertas cifras en dólares por arriesgar su vida.
Esta “vacuna COVID” apareció de inmediato tras la detección de que la gente se moría. ¿Tan
pronto ha reaccionado la Ciencia en este caso, o ya estaban preparadas de antemano?
No deja de ser extraño, porque para fabricar la vacuna, LÓGICAMENTE PRIMERO DEBE
AISLARSE EL VIRUS, que nunca fue encontrado. Ausencia que causó una gran sorpresa en el
mundo científico. Hubo médicos que no soportaron evidenciar su ignorancia y lanzaron
teorías sobre “la proteína spike”, el ARN mensajero, etc. en lugar de reducir su soberbia y
admitir su ignorancia, simplemente declarando: “Sres, no hemos sido capaces de encontrar
nada, ESTO NO ES BIOLÓGICO”, dando así lugar a otros campos de investigación, como, por
ejemplo, el campo técnico, como podría ser la Electrónica.
Por tanto, los filamentos de Grafeno inoculados en las “vacunas”, con las que nos obligaron y
nos coaccionaron, resultaron ser las antenas ideales para recibir señales de microondas de
las antenas de 5G, produciendo efectos letales en la población mundial. Esto, no hace falta
ser abogado para comprender que ES UN GENOCIDIO PREMEDITADO Y ALEVOSO por lo que
los responsables, TODOS ELLOS, sospecho que los familiares de los muertos opinarían que
deben ser colgados de una cuerda en el cuello, a secarse al sol.
El óxido de Grafeno y otros elementos inoculados, al volverse magnéticos en el cuerpo, no
solamente presentaron efectos en la piel de los vacunados a los que se les quedaban
pegadas cucharitas y hasta teléfonos celulares en la zona de inoculación, sino que,
trasladándose en la sangre, se acumularon debido a atracción en las zonas de mayor
actividad nerviosa (electromagnética) del organismo humano: cerebro y corazón, además de
estancarse en los pulmones y otros órganos internos vitales, produciendo trombos, y la
muerte consecuente.
Muchas personas vacunadas van a morir todavía debido al cáncer, ACVs e infartos, gracias a
su adicción a colocarse “vacunas” y refuerzos. Los mismos que manipularon el proceso
comentaron que el plazo máximo de vida de un vacunado, es de 10 años. Los problemas de
pulmón y de corazón, han sido adjudicados al virus inexistente, en lugar de serlo a las
vacunas y al 5G.
Las “vacunas” además, contienen nanotecnología vista al microscopio (hay videos que lo
muestran) con nanorobots (nanobots) capaces de realizar tareas ya programadas al ser
irradiados por órdenes de radiofrecuencia, tal como la llave codificada de un auto le permite
arrancar. El multimillonario Elon Musk ha desarrollado su tan publicitado Neurolink, que no
es otra cosa que una interface entre el cerebro humano y una computadora, manera
perfecta de “meterse en la cabeza” del ingenuo y obligarlo a hacer lo que se desee.
Ahora, otra pregunta que me suelen hacer. Si nuestros funcionarios y presidentes, también
se han vacunado… ¿Cómo no les sucede nada? Esto es porque han recibido placebos,
simples dosis de suero. Es tal la perversidad de esta planificación, que muchas dosis
aplicadas a la gente sólo han consistido en placebos. Le pregunté a un médico amigo, el
porqué al inyectar “vacunas” algunas eran sólo placebos; no tiene ni idea, todavía estoy
esperando su respuesta.
Es sencillo, todo se reduce a emplear el SENTIDO COMÚN, el menos común de los sentidos;
si todos los que se aplicaron “vacunas” hubiesen muerto de inmediato, rápidamente el
mundo se daría cuenta que la “vacuna” mata. Pero así, Juan, que ha sido vacunado (por un
placebo, afortunadamente), pero no tiene consecuencias (por ahora), le puede decir
alegremente a Pedro: “LA VACUNA NO ES LA QUE MATA A LA GENTE”.
El que fuera presidente de Chile, Sebastián Piñera, declaró en un discurso público que
“vamos a ser capaces de insertar ideas, órdenes y falsos recuerdos y emociones” en la mente
humana. Esto no es otra cosa que el sueño dorado hecho realidad del Dr. Mengele, quien
fuera el médico más auspiciado de los nazis de Adolfito, durante la segunda Guerra Mundial.
Crear zombies, esclavos perfectos sin posibilidad de rebelarse, y soldados que, sin chistar, se
vuelvan en contra de los que no quieren ser vacunados. Pronto, dice Klaus Schwab, no
tendrás nada, pero serás estúpidamente feliz. Vienen por nosotros, por nuestras
propiedades, por nuestros hijos, por nuestra libertad.
Toda esta información puede obtenerse buscando en Internet, mientras exista, no es
invento mío sino concatenación de hechos, fechas, información técnica, y sobre todo, la
aplicación del SENTIDO COMÚN.
Ahora, la gran pregunta… ¿CÓMO SE PRODUCEN CONTAGIOS SI ES QUE NO EXISTE UN
VIRUS? Esto no te lo explicará un médico, pero yo puedo explicarlo por haberlo sufrido
personalmente, aunque haya médicos que lo nieguen, como los he escuchado decir que no
pueden probarlo. O se trata de hipócritas o de incapaces. Hay que ir haciendo la listita y
preparando el Nuremberg II, y comprando muchos rollos de soga de cáñamo… con la misma
celeridad preventiva con que se preparó la vacuna, es decir, de antemano.
Sabido es que, tanto vacunados como no vacunados, se contagian. O sea, se deduce que la
vacuna no es una vacuna ¿Qué es entonces? ¿Cómo se descubrió esto? Porque al hacer
reuniones con grupos, muchos integrantes contrajeron “la enfermedad”, aún cuando NO
EXISTE EL VIRUS. Incomprensible, ¿No? Contagiados SIN virus, tal como el cuento de los
“asintomáticos”.
Yo personalmente, hace un año aproximadamente, contraje todos los síntomas del COVID.
Por supuesto que me encerré, solo, porque si concurría al hospital, ya sabemos que los
intubados, mueren. No me reúno con grupos, ¿Entonces de donde? Dado que en ese
momento estaba construyendo mi casa, todos los días pasaba horas entre un grupo de
albañiles, todos vacunados. De ellos me contagié, no por virus, por electromagnetismo. Ya lo
explico.
Los vacunados, debido al grafeno incorporado, son tanto receptores como emisores. Para
graficar esto: si nos fijamos en una antena de TV para canales de aire, veremos un dipolo (la
varilla curvada de la que bajan dos cables al TV), y otros elementos aparentemente
colocados sin sentido, porque son solamente varillas de aluminio, aisladas con plástico, pero
fijas al caño estructural de aluminio que sirve de soporte. Hay de distintas longitudes, por
supuesto, para captar las longitudes de onda de distintos canales de TV. Pero… ¿Cómo
trabajan si no están conectadas?
Las de adelante del dipolo, sin estar conectadas, se llaman Directores. Las de atrás del
mismo, se llaman Reflectores. Eso es lo que hacen, reciben señales y las reflejan hacia el
dipolo, aumentando la captación del mismo, al multiplicar la radiación recibida hacia el
elemento sensor. Un elemento neutro, como estas varillas aisladas, recibe señales, pero no
las puede retener, porque al acumular energía, se calentaría y se dañaría; entonces, las
reenvía irradiadas hacia el dipolo.
Lo mismo hace el grafeno de los vacunados, los convierte en radiadores de microondas hacia
sí mismos y hacia otras personas, he allí el “contagio” cuando se juntan en grupo.
Ahora se puede entender el porqué las fábricas de las “vacunas” no quieren revelar sus
componentes, y porqué la Organización Mundial de la Enfermedad, falseó el protocolo de
tratamiento recomendando el intubado que satura a los pulmones y el “enfermo” muere. La
OM de la Enfermedad prohibía tanto las autopsias como los análisis de las vacunas. Muy
raro… ¿No? Es evidente que todos, aún funcionarios y jefes de Estado, ESTÁN COMPRADOS Y
SON SOCIOS EN EL NEGOCIO MULTIMILLONARIO EN DÓLARES, además de contribuir al
exterminio de la población.
Por lo tanto:

  • TODO ESTO SE TRATA DE UN GENOCIDIO DESTINADO A REDUCIR LA POBLACIÓN MUNDIAL
    (Según se interpreta de las declaraciones que hace muy sonriente el Sr. Bill Gates,
    especialista en virus, en sus videos de Youtube). Y ahora, siguen las plagas del Vil Gates, de
    mosquitos infectados, que se distribuyen a propósito por el mundo, a fin de contribuir al
    genocidio, según lo manifestara el por ahora, siempre sonriente, “humanófilo” B. Gates.
  • NO EXISTE NINGÚN VIRUS RESPONSABLE.
  • LA RADIACIÓN ES LA QUE, JUNTO CON EL COMPUESTO DE GRAFENO, ES LA CAUSANTE.
  • LAS ANTENAS DE 5G SON ARMAS MILITARES.
  • LAS ANTENAS 5G ENERGIZAN LAS PARTICULAS DE GRAFENO QUE CAUSAN LA
    “ENFERMEDAD”, POR LO QUE, COMO NO SE PUEDE REDUCIR LA CANTIDAD DE VACUNADOS,
    HAY QUE CONSEGUIR ERRADICAR LAS ANTENAS.
    LA COMBINACIÓN DE ANTENAS 5G Y GRAFENO ES LA PELIGROSA, MÁS QUE EL GRAFENO
    SOLO (aunque es naturalmente venenoso a largo plazo).
    Sres. Médicos, A VER SI ENTIENDEN QUE EL ATAQUE NO ES BIOLÓGICO, SINO
    ELECTROMAGNÉTICO. Por eso es que nunca van a encontrar el virus, Y TODO LO QUE
    EXPLICAN RESPECTO A LA “ENFERMEDAD” ES PURO CUENTO CHINO. TAL CUAL, ES CUENTO…
    Y ES CHINO.
    NUESTROS PROPIOS FUNCIONARIOS, MINISTROS DE SALUD, AÚN PRESIDENTES DE LAS
    NACIONES, SON COMPLICES DE NUESTROS ASESINOS Y DEBEN SER JUZGADOS POR
    GENOCIDIO, Y TRAICIÓN A LA PATRIA, YA QUE FORMAN UNA ASOCIACIÓN ILÍCITA. Si sabían
    del tema, son cómplices; si no lo sabían, también son cómplices por incompetentes.
    Los médicos tal vez puedan tratar los síntomas, pero no prevenir o eliminar la enfermedad,
    porque no existe. Inclusive se ha mencionado que por cada muerto de COVID, las
    organizaciones que los tratan reciben un monto económico. Por eso hoy la mayoría de los
    enfermos ya no mueren de cáncer, de SIDA, de infarto, de gripe, de pulmonías. Sólo,
    curiosamente, mueren de COVID.
    ¿Cronicas de una muerte anunciada? NO. Crónicas de una EXTINCIÓN ANUNCIADA. NO A LAS
    VACUNAS, NO A LAS ANTENAS DE 5G. ¿Nos decidiremos por fin a hacer algo para detener
    esta masacre? ¿O seguiremos demostrando que merecemos la extinción? Ciudadanos del
    mundo, elijan, porque ha llegado el tiempo de saber quién juega para quién.

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